Los pasos que no doy
son oportunidades perdidas
más allá del tiempo gastado
en lamentos.
Esta noche he contemplado
el final de la escalera
con una ginebra en la mano
y no me la he bebido
por amor a mi
que ya es bastante
Hoy recuerdo mi recuerdo
en el suelo tirado
pidiendo a gritos en silencio
que me empujaras a un abismo
en el que yo ya había estado.
Perdí muchas oportunidades
en ese escalón hecho de pasos mal dados
donde ahora tu mano
me ha traido los zapatos de vuelta.