No es el mío este tiempo
en el que solo oigo tres ruidos
las gotas de agua cayendo sobre la silla
que está debajo del aire acondicionado,
el ventilador del ordenador
encendido casi tanto como yo,
tu palabras necias
en mis oídos sordos.
Mañana a esta misma hora
gustaré tres sabores
la sangre de mis dedos al escribirte
la sal de mi lágrimas antes de caer en el papel
un helado del sabor que quieras
porque todos serán tu
como soy yo para ti
cuando me besas