Dispongo de un reloj de arena
que me dice que todo llega
sin más,
como has llegado tu.
Un silencio que pasa en silencio
que termina y vuelve a empezar
sin más,
como has llegado tu.
Las luces que veo a través de los cristales
cuentan pequeños secretos de alcoba
que nunca he compartido
que nunca me has contado.
A las cuatro y cuarenta y seis de la mañana
del primer dia del año absurdo
te escribo para darte las gracias
por salvarme,
estaba a punto de comerme la puta arena...
Un hombre solo que lee a Huxley
me llena de lágrimas los ojos y me recuerda a ti
porque tampoco sabe qué hago aquí.
pero yo lo he descubierto.
He comido las migajas de una porcelana
y bebido las últimas lágrimas de sangre y espinas
me he dejado la piel por una década que no era mia
pero no me arrepiento de nada
porque todo me queda por hacer.
No disc en mi cabeza, no
quiero seguir bailando el agua
de los patos.
Prefiero mirar las agujas de un cuco
callado para siempre
despues de tirar dos cartas de amor
por la ventana, ahora que llueve,
que la tinta no se fija bien en el papel
que el dinero de nuevo lo es todo para todos
que no entiendo por qué el cielo llora
al no verme sonreir
al mirar a través de los cristales
y ver que no vuelves,
mientras aparece tu reflejo tras de mí
será quizá que no te has ido,
que has olvidado el móvil
para enviar un estupido alfabeto borracho
a alguien como yo, pero con más noción del tiempo.
Si vas a vivir en un mundo sin sentimientos
no quiero compartirlo,
prefiero llorar un vino más
porque hasta el vino
tiene sus propias lágrimas...