domingo, 7 de agosto de 2011

Roma

" Escribir no salva, pero alivia".

Jaime Gil

Escribir no salva

pero hablar contigo

es como aliviar el sexo

una tarde aburrida de domingo

cuando no hay nada más que hacer

que ver la película de antena 3,

que, casualmente, como tú,

viene a pasar el fin de semana

a una cama triste que sí, huele bien,

pero que hace mucho

que nadie suda en ella.

Me alivia también saber que existes

de viernes a domingo

y me humedezco

al pensar en tu mano en mi espalda

en tu dedo en mi boca

en los labios jadeantes por exceso de caricias.

Así esta pasando este estío

al que adoro como un becerro de oro

a punto de fundirse.

Mientras, desde no sé en que barco,

cercano a no sé cual isla

te acuerdas de mi, lo sé

y no me importa.

Sabrás cuando aquí estés

que el ventilador del techo

es lo que me ha mantenido

despierta todos estos días

esperando tu regreso.

Y nos iremos de aquí

a otro lugar.

Y seguiremos.

Y cambiaremos las sábanas

que oleran tan bien

y sudaremos.

Y te irás de nuevo

en otro barco

y yo

buscaré quizá algo de alivio

aunque use para ello tus palabras

y deba decir lo mucho que te quiero.