De que aún quede el recuerdo
-escaso pero es-
de cuando te recordaba con cariño
y apenas ya,
se hayan borrado las marcas
de tus fauces en mi cara
gracias a sonrisas robadas en los cines,
y al dolor que he soportado
en estos meses,
dependerá, si me decido por fin,
a tirar al mar el último rescoldo
de ti,
que me hace sudar
-cómo da igual-
por las noches
mientras leo.
Si no fueras tan puta...