jueves, 7 de febrero de 2013

Helena

Buscar la luz de tus ojos
al hablar de ella,
las caricias de él 
sigilosas en tu cuello.
Te sujetan.
Impiden que te salga
la lágrima del dolor
que me acabas de contar.
Todo es limpio, transparente.
El tiempo se ha detenido 
entre nosotros hablando de amor.
Y de palabras,
y de melancolía.
Comprendimos que hay encuentros
que son inevitables,
marchas que tienen que ocurrir,
legados que quedan en custodia
y que embellecen nuestra visión de la vida,
y además, 
y todos ellos,
nos mantienen enganchados a ella.