Hay muchas ventanas encendidas
en Granada,
y yo las veo.
Muchas vidas escondidas tras
cortinas de colores,
que no viven.
Existen amigos que te cuidan
mientras te abrazan
y te dicen que lo sabes.
Lugares que nunca cambian
a pesar de 60 años cumplidos.
Aires que respiran contigo
para que no decaigas,
Chinos que regresan
de Pekín,
con una cesta de naranjas.
Hay muchas ventanas encendidas
en Granada.
Pero ellas no saben que las veo
mientras, les pago la factura de la luz.